sábado, 17 de noviembre de 2012

Confesiones de Madre Cuerva


SOY UN FRAUDE
Un fiasco, un fracaso. Desde que me levanto en la mañana, o mejor dicho, me despierto por la mañana, porque no me levanto. Estoy cansadísima, los párpados me pesan como si tuviera tabiques atados a las pestañas. Me levanto lenta y torpísima, me estiro lentamente. Desayunamos, me mareo, me acuesto un rato, tengo que cambiarme, hacer mandados, tareas, ir a las citas, hacer de comer, limpiar, lavar, regar las plantas, etc. Pero no puedo hacer todo eso. Si acaso, la mitad, y creo que sería mucho. Y al final del día estoy demasiado exhausta, siento que hubiera corrido un maratón, ido tres horas al gym y al final hubiera cruzado el canal de la mancha nadando antes de acostarme.
Y una madre debe tener la casa limpísima, la comida deliciosa y el cabello perfecto, sacando algún pan casero o galletas del horno en cualquier momento. Pues yo no. Ni siquiera tengo horno. Y eso que el bebé sigue en la panza… No sé qué pase después…
Pero bueno, el otro día vi en la tele a una señora que tenía 16 hijos. Si ella puede, supongo que yo también, aunque sea un poco. Eso espero.

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