SOY UN FRAUDE
Un fiasco, un
fracaso. Desde que me levanto en la mañana, o mejor dicho, me despierto por la
mañana, porque no me levanto. Estoy cansadísima, los párpados me pesan como si
tuviera tabiques atados a las pestañas. Me levanto lenta y torpísima, me estiro
lentamente. Desayunamos, me mareo, me acuesto un rato, tengo que cambiarme,
hacer mandados, tareas, ir a las citas, hacer de comer, limpiar, lavar, regar
las plantas, etc. Pero no puedo hacer todo eso. Si acaso, la mitad, y creo que
sería mucho. Y al final del día estoy demasiado exhausta, siento que hubiera
corrido un maratón, ido tres horas al gym y al final hubiera cruzado el canal
de la mancha nadando antes de acostarme.
Y una madre debe
tener la casa limpísima, la comida deliciosa y el cabello perfecto, sacando
algún pan casero o galletas del horno en cualquier momento. Pues yo no. Ni siquiera
tengo horno. Y eso que el bebé sigue en la panza… No sé qué pase después…
Pero bueno, el otro
día vi en la tele a una señora que tenía 16 hijos. Si ella puede, supongo que
yo también, aunque sea un poco. Eso espero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Cuéntame!