jueves, 8 de noviembre de 2012

6 cosas de tu bebé que puedes usar tú



Mi hijo ya descubrió que mi delineador de ojos es un divertido crayón para dibujar sobre cualquier superficie, mis aretes y collares son los juguetes  más sonoros y brillantes [y no le importa si los traigo puestos o no], que mis llaves son una divertida sonaja… en fin, si él puede encontrarle otros usos a mis cosas… ¿Por qué yo no puedo usar sus cosas?


*      Pomada para las rozaduras. Este mágico artículo no sólo alivia las pompitas enrojecidas de tu angustiado retoño, muchas tienen vitaminas A, D y E que ayudan a los procesos regenerativos de la piel y te aliviarán también a ti. Una cortadita, un raspón o quemadura leves con la plancha pueden ser aliviados con una pequeña cantidad. Además, la mayoría tienen óxido de zinc, que ayuda a controlar la humedad y a mantener las pompis secas. Pero no sólo las pompis de tu bebé… acá entre nos, si se te olvidó el antitranspirante y traes blusa blanca, la puedes usar de emergencia en un día caluroso. Tengo una amiga que llegó a usar la pomada de bebé entre los muslos, pues hacía calor, no traía medias y usaba falda, de esas veces que cruzas las piernas y se te pegan del sudor. Y santo remedio. Para esto último también sirve el talco de bebé.
*      Toallitas húmedas. No sólo sirven para limpiarles las pompitas, manos  llenas de chocolate, la carita y demás partes del cuerpo a tu baby. Son buenísimas para limpiar los rayones de plumones, lápices y plumas en las mesas con recubrimientos plásticos, de papel de baño para ti en una de esas emergencias, son lo mejor para pasarte por la frente y quitarte el sudor en un día caliente mientras estás metida en el coche y el tráfico y también sirven de toallitas desmaquillantes de emergencia [o de esas veces que, al fin se duerme el bebé y no puedes ni pensar en levantarte a desmaquillarte como Dios manda].
*      Pañales. No digo que te los pongas tú, pero descubrí un uso nuevo. Si  se te llega a derramar algo en la pañalera o en la mesa, o donde sea, y no hay un paño cerca… un pañal puede ser la diferencia entre un desastre y suciedad total y un ‘ya  merito’. Sólo úsalo de toalla por el lado absorbente, y lo  mejor: tíralo después.
*      Talco de bebé. Además de ponértelo en zonas húmedas [como axilas o espalda baja, de esas veces que vas a estar sentada mucho tiempo] y dejarte un fragante aroma a bebé durante una que otra emergencia, también puedes ponerte un poco en las manos antes de ponerte los guantes de látex para el aseo o lavar los trastes, así no terminarás con las manos sudadas y vueltas uno con los guantes.
*      Crema corporal de bebé. Sus cremas humectantes son muy suaves y, como en invierno mis manos se resecan mucho, no aguanto las cremas normales. Entonces uso la del bebé. A veces, cuando te quemas la cara o cualquier parte del cuerpo con el sol, las cremas normales arden hasta el alma. Y quizá no puedas ir al supermercado a encontrar uno de esos fantásticos aceites post-quemaduras, así que puedes intentar con la crema de tu baby, que te humectará delicadamente mientras tanto.
*      Aceite de bebé. Si se te acaba el desmaquillante, con aceite de bebé y un algodón puedes solucionar el problema mientras compras otro. Además sirve para humectar rápidamente las manos secas, e incluso una gotita en los labios puede hacer maravillas durante el invierno. Y por si fuera poco, puedes ponerlo en esas puertas chillonas, pues la mayoría de los aceites de bebé tienen origen mineral, que no va a apestar a rancio como los aceites de cocina. Y si viene tu suegra de improviso, puede ayudarte a darle un buen brillo a los muebles de madera. Obviamente no es como los aceites para muebles, pero del apuro sí te saca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Cuéntame!