miércoles, 27 de agosto de 2014

Cancelamos el Cable

Tuve un pequeño ataque de pánico al pensar: "¿Cómo voy a entretener a los niños sin su programa favorito?" ... Pero todo salió bien... Me alegro de haberlo hecho ♥


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Siempre estuve en contra de la televisión de paga, y también en contra de las telenovelas y la televisión basura... En fin, la tele y yo no nos llevamos bien en general. Pero un día Lalo llegó alegremente con un contrato de cable...

Imaginarás que tuve un ataque que casi me da el paro cardiaco, ¿Cómo televisión de paga si sabes lo que pienso al respecto? (Ni siquiera había querido comprar esa pantalla gigante que él quería para ver sus partidos, me parece totalmente absurdo). Y cuando intenté cancelar el contrato me dijeron ligera y alegremente que era un contrato por AÑO Y MEDIO como MÍNIMO.

Para no hacerlas largas, nos quedamos con la televisión de paga por más de años y medio... Podríamos decir que se volvió parte de la familia. Los niños encontraron su canal preferido, Lalo estaba encantado con sus canales de deportes y yo con los documentales interesantísimos y las series adictivas. Todo el mundo feliz... Hasta que recordé mis principios. Hablé con mi esposito y decidimos, como era la idea desde un principio, dar de baja ese servicio. Sinceramente no ahorraremos demasiado en cuanto a lo monerario se refiere, pero los beneficios van mucho más allá.

Cuando llegó el día de despedirse de la televisión, la única clase de televisión que mi hijo más pequeño había conocido (es un bebé de un poco más de un año), tuve un ataque de pánico y consideré seriamente ceder ante la televisión de paga. No podía imaginar cómo entretener a los niños mientras cocinaba, sólo así conseguía mantenerlos lejos de las salpicaduras de aceite hirviente y demás peligros que me hacen pensar en mi cocina como el lugar perfecto para el desastre. O cómo entretenerlos en las mañanas del fin de semana, cuando simplemente no logro reaccionar y es todo un alivio tener su canal preferido. Pero el cable se fue de cualquier modo.

Después de un par de días de preguntar por sus personajes favoritos, mis hijos se olvidaron del asunto y siguieron con su vida. Después de una semana de extrañar mis series, me reencontré con otros hobbies y seguí con mi vida. Después de emocionarse con un partido de fútbol en televisión abierta e irse a jugar con sus amigos, Lalo no ha vuelto a recordar el asunto. Y estamos felices, nos distraemos menos y hemos tenido tiempo para leer juntos, tumbarnos en el suelo de la sala y leer un poco. Ya no tengo que estresarme porque mis hijos insisten en ver la televisión a 3 centímetros de distancia (Siento que sus retinas se van a derretir o algo así), mis canales favoritos de antaño me han reconquistado (El 11 y el 22 ♥♥), y nos ahorramos un par de pesos, ¿Qué más puedo pedir?

Existió la vida antes del cable, y también después de él. Llámenme hipster, rara o tacaña. Yo no pienso volver a la televisón de paga jamás.

JAZ

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